¿Qué nos inspira?

Las bibliotecas clásicas, sus tonos marrones, su luz tenue. Los libros encuadernados en piel con letras doradas. Las texturas naturales, el papel verjurado, las enciclopedias y diccionarios antiguos, las letras capitales, las portadas y portadillas y por supuesto las historias que encontramos en el interior de los libros.